- es que miras demasiado los céntimos.
Y sí, los miro porque quiero saber dónde se me va el dinero pero no por tacañería sino porque quiero gastar mi dinero en las cosas que necesito y tener un respaldo por si nos pasara algo. Además no quiero que me estafen de nuevo (hice una compra por internet de unas mochilas y era una estafa)
Por otro lado, hace unos años mi marido tuvo un accidente laboral y estuvimos incluso algunos meses sin su sueldo. Gracias a una buena administración del dinero en tiempos anteriores pudimos sortear ese periodo crítico de nuestra vida. Incluso tuvimos que ponernos en manos de abogados y pagarles sus comisiones. Extras que llegan en el momento más difícil. Como dice el refrán "gato escaldao huye del agua". Así que como nos ha pasado esa situación,la vivimos y la sorteamos siempre la tenemos presente para que si vuelve a pasar poder sortear las dificultades. Es como el cinturón del coche, una medida de seguridad familiar.
Por eso siempre en casa estamos mirando las opciones que hay e intentamos elegir las que más nos convienen:
- a la hora de comprar algo comparamos: productos, precios, tiendas, tarifas....
- aprovecharnos de ofertas, promociones, productos de temporada
- comprar lo que nos hace falta y mirar si en casa tenemos ya esos productos (lista invertida)
- esperar a rebajas. Si por ejemplo compras ahora ropa o calzado para Reyes te costará mucho más caro que si lo haces el 7 de enero en rebajas.
- compra fuera de temporada tus productos: un abrigo de 100€ en el mes de agosto me lo encontré por 10€, las luces de navidad en febrero me costaron a mitad de precio y las he utilizado todo el año para decorar el cabezal de mis hijas, en el mes de marzo compré las pegatinas para las uñas de navidad por céntimos. Y así podría decir un montón de cosas. El ahorro en estos productos comprados para próximas temporadas es grandísimo. Plantéatelo.
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